EL REGISTRO DEL MAÑANA

En el registro del mañana únicamente veremos ojos que nos interrogarán acerca de esos artefactos hechos para el olvido cuando la clorofila se vaya secando a nuestro alrededor.

En algún momento este cielo celeste… y los árboles meciéndose por el viento… y la lluvia cayendo en los patios… y la luz tibia del sol… y las aves migratorias serán el pasado de un presente árido donde el agua será tan codiciada como cualquier objeto de lujo.

El futuro que se avizora es un rostro que nos ve a los ojos: nanotecnología, epidemias, guerras que se fundamentan ya no en nacionalismos sino en los enormes capitales que son ese territorio especulativo de la soledad sorda del dinero.

Me detengo frente a los cuadros de Kevin Mérida y de Camilo Almaráz, y vienen estas reflexiones a mi mente: el mundo actual pronto será un recuerdo. En estas pinturas y dibujos veo la reincidencia de rostros y voces que se juntan para darnos una exposición de motivos. Las formas aquí perfiladas no corresponden al presente, son los fantasmas del futuro, cuidadosamente acabadas dentro de un magnífico trabajo técnico de pintura, ahí la esperanza de encontrarnos con un ejercicio modesto y laborioso.

Todo mi entusiasmo por esta muestra de Mérida – Almaráz, es su capacidad de darle al futuro una imagen que nos interpela. Porque el presente abunda en recursos, el video, la inmediatez redes sociales y su post verdad punitiva y desastrosa, la fotografía y ¿ por qué no decirlo?; la literatura qué en una de sus mejores vertientes, la de la anticipación, ha dejado imágenes, historias y una suerte de memoria de un futuro que al parecer ya no es lejano. Veo en este registro visual del mañana, una mirada qué nos atrae hacia la profunda oscuridad negra de la esfera de unos ojos.

Este trabajo conjunto dio inicio en un momento cuando el mundo estaba paralizado por la pandemia del Covid-19 y que nos obligó a someternos a las consecuencias que aún siguen dejando su rastro doloroso en nuestras vidas.

Es un gran privilegio para mí abrir con estas palabras el trabajo de dos muy jóvenes artistas que ponen sobre la mesa las posibilidades de un futuro en el que el arte será el único inventario de todo lo ausente … pero también de las muchas razones que tenemos para habitar el mundo con la esperanza, acaso, de poder cambiarlo.

Javier Payeras, Cerrito del Carmen septiembre 2022