“Granos de identidad”

 

El recorrido artístico de Rosamaría Pascual de Gámez es verdaderamente notable. Como pintora de formación clásica, se ha hecho un nombre con sus bodegones de gran formato ganando fama y reconocimiento por sus habilidades excepcionales. Sin embargo, sus contribuciones se extienden mucho más allá del tamaño de su lienzo.

 

Con más de 4 décadas de dedicación a su oficio, deja una huella imborrable en el mundo del arte.
Uno de sus logros más excepcionales ha sido la creación de más de 30 murales y cuadros religiosos donados por la artista a diferentes iglesias Católicas del país. Estos murales realistas sirven como representaciones impresionantes de su espiritualidad, destreza artística y su profunda conexión con el patrimonio cultural de su país.

 

En los últimos años, Rosamaría Pascual de Gámez se ha embarcado en una exploración creativa, reduciendo su estilo de naturaleza muerta para enfocarse en algunos elementos que encapsulan bellamente la esencia de la cultura guatemalteca. En esta búsqueda ha elegido el maíz como su elemento principal, usándolo como un poderoso símbolo para retratar las ricas tradiciones y la historia de su tierra natal.

 

Lo que hace que el enfoque de Rosamaría sea aún más cautivador es su uso innovador de una paleta
contemporánea. Con cada pincelada, infunde colores vibrantes y modernos en sus pinturas dando nueva vida a los temas atemporales. Esta mezcla de técnicas tradicionales con un toque contemporáneo distingue su trabajo.

 

Su estilo hiperrealista eleva su arte más allá del ámbito de la mera representación, lo que permite a los espectadores sumergirse por completo en la belleza y las complejidades de sus pinturas. El nivel de detalle y precisión en su trabajo crea una calidad casi tangible que trasciende las fronteras del tiempo y la cultura.

 

En esencia, Rosamaría Pascual de Gámez se erige como testimonio del poder de la evolución artística y la expresión cultural. Su dedicación de por vida a su oficio y su capacidad para adaptarse y evolucionar le han permitido dejar un legado perdurable, no solo en el ámbito del arte sino también en la preservación del patrimonio cultural de Guatemala para las generaciones venideras.

 

Su compromiso con la preservación del rico patrimonio cultural de Guatemala al tiempo que adopta la innovación en su arte, la convierte en una figura distinguida en el ámbito de la expresión contemporánea. Con cada pincelada, hábilmente salva la brecha entre el pasado y el presente, creando obras maestras atemporales que resuenan en el público de todo el mundo. El viaje artístico de Rosamaría Pascual de Gámez es un testimonio del poder de la exploración artística.

 

Waseem Syed